La asamblea general del FNRP " Omar Rivera "

Participé en la asamblea general del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), realizada el pasado fin de semana, 26 y 27 de febrero de 2011, en calidad de director de Foro JBN, del canal 39 y 51, y columnista de diario Tiempo de San Pedro Sula, con la intención de cubrir los acontecimientos ahí acaecidos, realizar dos programas de entrevistas que recientemente transmití a través de los canales antes mencionados, y escribir la columna que hoy Usted lee.



Costó un poco poder acreditarme y conseguir parqueo seguro para mi vehículo; no obstante, las vicisitudes sabatinas y los obstáculos domingueros superados, valió la pena el esfuerzo por estar en la asamblea del Frente, evento que –seguramente- marcará la historia de la vida política nacional.


En su justa medida, la asamblea general del FNRP, fue un acontecimiento que reafirmó la voluntad de un sector de la población hondureña de apostarle a un proceso innovador de organización ciudadana, que está motivado, más que por una orientación ideológica o doctrinaria, por el deseo de sus integrantes de ser incluidos, tomados en cuenta y “enlistados” en una lucha en contra del status quo y el establecimiento.



Vi un “arcoíris”, todos mirando hacia un mismo horizonte. Políticos y religiosos, obreros y campesinos, mujeres y jóvenes, gais y lesbianas, maestros y enfermeras, microempresarios y comunicadores sociales, indígenas y negros, migrantes, adultos mayores, cooperativistas; en fin, una masa variopinta, cohesionada en el anhelo de refundar a Honduras y transformar positivamente la vida de millones de hondureños que viven en la miseria y pobreza, en la exclusión social y en la mas degradante marginalidad. Un verdadero corte transversal de la sociedad.



Hay dos hechos irrefutables que saltaron a mi vista y oído: 1) el proceso de organización del Frente está en construcción; y, 2) el líder indiscutible de la Resistencia Popular es el presidente Manuel Zelaya Rosales.



Con un comité directivo de pobre desempeño, sin instrumentos estratégicos que definan con precisión como llegar al “sur” (el norte que ordinariamente todos conocemos), errático en su capacidad de dinamizar la acción institucional del Frente y vertical en su accionar operativo, el proceso de organización de este movimiento político y social sigue en construcción, y así –con resignación o entusiasmo- debe ser visto por quienes le apuestan a crear un proyecto que de la protesta, oposición y propuesta, pase a la disputa del poder, a la acción política electoral. A prueba y error, parece avanzar este proceso, dando lecciones a los dirigentes, que –en el caso de la pasada asamblea general- quisieron imponer sus particulares posiciones y fueron sometidos a los designios de una asamblea de delegados que se impuso.



Paciencia y tolerancia deberán tener quienes conducen al FNRP, especialmente los del nivel intermedio, para ir, paso a paso, construyendo los cimientos de una organización interinstitucional, multisectorial y pluralista, que en gruesas líneas y mínimos comunes, defina objetivos compartidos y tareas comunes.



De tal forma que la decisión de no participar –por el momento- en ningún proceso electoral, hasta que hayan condiciones básicas, como el retorno del presidente Zelaya Rosales, se lleve a cabo la auto convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente y sea aprobada un nueva Ley Electoral, es pertinente y adecuada, y brindará el necesario espacio de tiempo para “arreglar las cargas” en ese largo recorrido hacia la conquista del poder de la Nación.



Otro hecho que pudo ser reconfirmado en la asamblea general del FNRP, es el liderazgo del presidente Manuel Zelaya Rosales; durante la reunión celebrada en el Instituto Central “Vicente Cáceres”, de Tegucigalpa, MDC, el mandatario depuesto de su cargo mediante golpe de Estado el 28 de junio de 2009, recibió el unánime respaldo de los delegados para ser ratificado en el puesto de Coordinador General del Frente. Al margen del formalismo, Zelaya Rosales es el “líder indiscutible” de la Resistencia Popular; charlando con varios de los asistentes a la asamblea, era repetido el irreflexivo y leal: “lo que diga Mel”.



No pensar en procesos electorales antes de organizar 25 mil células en Resistencia a lo largo y ancho del territorio nacional, ni hacerle juego a la oligarquía avalando elecciones sin tener una nueva Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, fueron directrices emanadas desde la computadora portátil de Manuel Zelaya Rosales en Santo Domingo, República Dominicana, y acatadas con rigurosidad por los asambleístas del FNRP. Manuel Zelaya Rosales es el líder del Frente, indubitablemente. Se complica quien quiere; “quien se pierde con una luz”.



Siempre que se esté consciente de estos elementos: la naturaleza pluralista del Frente, el proceso de cimentación del mismo como organismo institucional y el sólido liderazgo de Manuel Zelaya Rosales, el camino a recorrer estará exento de distracciones. En el marco de la sensatez y el pragmatismo, será más fácil para la Resistencia Popular constituir su estructura organizacional, realizar la auto convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, para el 28 de junio de 2011, redactar el contenido de una nueva Carta Magna y –de acuerdo a las condiciones esperadas- participar en elecciones disputando el poder de la país, en los distintos niveles regionales y nacionales.



Pero hay algo tan importante como lo anterior, que debe ser tomado en consideración por los que pertenecen al FNRP, es el hecho que no están solos, que en la disputa por construir un mejor país y por alcanzar el poder, encontraran a algunas otras entidades políticas y grupos sociales que competirán, y muchos otros ciudadanos organizados que no pensaran igual que ellos; es aquí, donde aceptar la diversidad será signo evidente de madurez y mostrará el grado adecuado de preparación para avanzar, firmes y seguros, a reivindicar las luchas populares que abanderan. No actuar de esa manera, descalificando a quien no piensa como uno, es obstinación y egoísmo.



Tegucigalpa, MDC – 4 de marzo de 2011