Navega dentro del Blog en sus secciones

Cargando...

domingo, 20 de marzo de 2011

En Honduras, hoy, no existe una situación revolucionaria " Eduardo David Ardón "




A pesar de la profunda crisis global generada después del golpe de estado, manifestada en la extrema pobreza, indigencia, educación atrasada en cien años, salud endémica, desempleo general y vegetativo, delincuencia, crimen organizado, narcotráfico, violencia generalizada, ingobernabilidad, anarquía de la producción, corrupción e irrespeto total a la vida, mismas que conforman lo que se llama condiciones objetivas de una situación revolucionaria, esta no se da, porque faltan las subjetivas, que tienen que ver con el grado de organización de obreros y campesinos, la existencia de un partido de vanguardia y la conciencia exacta en el pueblo, de que es una necesidad el cambio del sistema en el aspecto político, económico y social.
De aquí se deduce, que solo cuando existe la relación debida de condiciones objetivas y subjetivas, es que se puede hablar de una situación revolucionaria en toda la extensión de la palabra.



Cualquier crisis, explosión social o contradicciones insolubles, en una sociedad determinada no constituyen propiamente una situación revolucionaria. Tampoco es generada por un golpe de barracas, un movimiento insurreccional o guerrillero de poca monta o por llamamientos inoportunos a una huelga general como acostumbran algunas dirigencias sindicales cuando el dialogo con el gobierno se rompe ante cualquier problema de índole economicista.

El voluntarismo y la conducta antojadiza, llevo al fracaso a los movimientos revolucionarios al pretender la toma del poder sin existir en toda su madurez los aspectos objetivos y subjetivos de una situación revolucionaria, que no es cualquier cosa, ni tampoco el invento o el deseo de nadie.
Para los estudiosos de este fenómeno que se plantea en la obra “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” de Lenin, es necesario entender y saber, que las condiciones de un país cuando existe una situación revolucionaria significa que “los de arriba ya no pueden mantener el poder como antes y los de abajo tampoco pueden seguir viviendo como lo habían hecho”, concretamente, cuando se presenta el vacio de poder y la insatisfacción total del pueblo.
Al llegar a este punto, el pueblo ya no resiste la situación de explotación, miseria, hambre e injusticias, por lo que exige cambios radicales a través de sus organizaciones, sean estas sindicales o el partido político revolucionario y de vanguardia, que ha de conducir la lucha hacia un solo objetivo, que es la toma del poder político.
Por lo anterior, deducimos que la misma no puede ser exportada, ni mucho menos importada desde ningún país vecino, ni por ningún movimiento o partido que dirija un nuevo gobierno en la nación de que se trate, en nuestro caso, desde Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia o cualquier agrupación que llego al poder y esta construyendo las bases del socialismo en sus respectivos lugares. No, el problema estriba en la maduración de las condiciones internamente en cada país, con su población, modos de pensar y actuar, tradiciones, costumbres y el desarrollo económico y social del mismo.

Aquí se cumple el principio del desarrollo desigual de los países, en el aspecto social, económico, político, psicológico, educativo. La situación de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia en nada se parece a la nuestra por lo que es una falsa percepción y garrafal error el pensar que Hugo Chávez, Fidel Castro, Daniel Ortega y Evo Morales exportaran sus situaciones a las que tenemos nosotros internamente.
Lo que si ocurre es la solidaridad de cada uno de ellos hacia nuestro proceso de cambios. Esto se manifiesta en prestamos blandos y favorables como el combustible de Petrocaribe, las ayudas financieras, la colaboración comercial, la capacitación de hondureños en esos lugares, el apoyo en salud como el ejemplo de Cuba, en fin, toda colaboración que nos ahorre dificultades y la comisión de los mismos errores en los que ellos cayeron.
Esto, señores, que mal interpretan las situaciones ideológicas y políticas, adrede o porque no estudian y les gusta la critica ficticia y malsana, en ningún momento es igual a exportar la revolución socialista cubana y la bolivariana porque en el dinero y el comercio no viene la situación revolucionaria ni los cuadros políticos que se encargaran de dirigirla, nada que se parezca, la revolución en Honduras, la haremos los hondureños, con nuestras debilidades y fortalezas, con nuestra incultura, machismo, folklorismo, pero lo que si es cierto, la revolución la haremos los hondureños, porque esta solo la puede hacer el pueblo con sus respectivas organizaciones. Las revoluciones no la hacen las grandes personalidades aunque desempeñan un papel decisivo; por el contrario, las realiza el pueblo cuando llega a entender, que no puede seguir viviendo como antes.
En este interesante tema, también quiero referirme a la concepción que esgrimen algunos aventureros del proceso revolucionario criollo, cuando pretendían burlarse de la tesis Leninista de la Ley Fundamental de toda revolución, es decir, la situación revolucionaria, al afirmar que, los comunistas, estaban locos, al querer alcanzar el poder de la nación cuando las condiciones objetivas y subjetivas maduraran hasta podrirse. Esta aseveración peyorativa, lo que trataba de esconder era la ignorancia y la falta de estudio del abc del marxismo-leninismo, además de la desesperación y el enamoramiento platónico de la via armada para conquistar el poder.

Muchos que solo creyeron, creen y creerán en la lucha armada fracasaron con sus vidas. Ejemplos tenemos suficientes, como los montoneros en Argentina, sendero luminosos en el Perú, las FARC en Colombia, la guerrilla del legendario Che Guevara en Bolivia, los tupamaros también en Argentina, el ejercito guerrillero de los pobres en Guatemala, el Farabundo Martí en El Salvador, los sinchoneros y la columna guerrillera desarticulada, porque los mataron a todos, dirigida por el Dr. Chema Reyes Mata, en Honduras, llamados por el Ministro de Relaciones exteriores de México Jorge Castañeda, la utopía desarmada en un voluminoso libro.
Las condiciones de una situación revolucionaria no necesariamente deben madurar en el cien por ciento con que pase del cincuenta ya se puede vislumbrar una situación revolucionaria que adoptara las formas de llegar al poder de acuerdo a las circunstancias y a la resistencia del enemigo. Pero, hoy por hoy, aunque protesta en las calles el FNRP, todavía no existe una situación de tal naturaleza. Pero, llegara el momento y veremos quien es quien.




e-mail: eduardodavidardon@hotmail.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog