Asistimos como delegado a la Magna Asamblea del Frente Nacional de Resistencia Popular que se celebró en Tegucigalpa el fin de semana, acontecimiento que marca un hito histórico en la práctica político- social en Honduras. Nunca antes en nuestra vida política habíamos presenciado un evento popular de tal magnitud y con resultados tan avasalladores y contundentes como los registrados en dicha consulta popular. No nos referimos únicamente a la asistencia y representatividad, sino a la calidad de las ponencias, al razonamiento incisivo y categórico de las bases y a las determinantes conclusiones y acuerdos a que se arribaron al final del evento, ahí habló el pueblo a través de su delegación representada, esto es indudable e indiscutible.
Muy a pesar de las campañas sucias en contra del Frente abanderadas por sectores mediáticos de la derecha, que quisieron influir en el fraccionamiento, la división y el fracaso del magno evento, todo ello se convirtió en pólvora mojada ante el avance indetenible de esa enorme fuerza masificada y organizada en el Frente Nacional de Resistencia Popular.
Hubo de todo un poco, desde maniobras en la acreditación de los delegados, intentos de exclusión de representantes legítimos, fuertes debates, palabras y actitudes fuertes, ánimos alterados y uno que otro empujón, todo producto del ambiente de una fiesta popular, desde luego algunas de estas manifestaciones provocadas por individualidades con bajo nivel de cultura política y de uno que otro de los infiltrados que medran al interior del Frente.
Para aquellos que hablan de debilitamiento, fraccionamiento y deterioro interno del Frente, esta asamblea es una manifestación clara del poderío y consolidación del liderazgo ratificado en el Presidente Manuel Zelaya Rosales, que demuestra una vez más que el pueblo hondureño a través del Frente está dispuesto y decidido a dar la batalla donde le toque, en el frente campesino, con los maestros, con los estudiantes, con las feministas, en el frente electoral en su momento, en las calles, es decir en todos los escenarios donde haya que defender y luchar por las conquistas alcanzadas y por los derechos que están siendo conculcados por el régimen creado, apoyado y sostenido por la oligarquía y el gobierno de los Estados Unidos de América, en esto la Primera Dama Doña Timara de Zelaya hizo un llamado respetuoso pero enérgico al Presidente Barack Obama a quien señaló como responsable de la represión desatada contra el pueblo organizado en la Resistencia.
Trataremos de resumir los principales acuerdos alcanzados en la Asamblea Nacional del F.N.R.P en Tegucigalpa que se remiten a lo siguiente:
Un rotundo No a la participación del Frente en el proceso electoral de 2013, si se mantienen las condiciones adversas que, mediante la Ley Electoral oligárquica ha propiciado y ejecutado escandalosos fraudes que a lo largo de la historia nos han estigmatizado internacionalmente como “elecciones estilo Honduras” por su ilegitimidad.
Se convoca para este mes de Marzo un Paro Cívico Nacional para que de una vez por todas se concretice el regreso del Presidente Manuel Zelaya Rosales, con las garantías de legalidad jurídica, seguridad personal, de restablecimiento de sus derechos políticos, económicos y sociales, de la garantía de anulación de los juicios inventados por los golpistas etc. Tal como lo demanda la comunidad internacional y el pueblo hondureño.
Se aprobó cumplir el mandato de Un Millón Trescientas Cuarenta y dos mil firmas de hondureñas y hondureños que demandan un proceso de auto convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente originado desde las bases; incluyente, participativa y democrática.
Se aprobó de manera contundente el apoyo a la lucha de los campesinos, de los maestros, obreros y demás sectores populares amenazados por las políticas neo-liberales del régimen.
Para terminar queremos dejar plenamente establecido que el mayor logro alcanzado en la magna consulta popular asambleísta fue la principal actoría y protagonismo de las bases del F.N.R.P, instancia que desde el inicio hasta el final hizo sentir en el ambiente, su autoridad y determinación de no dejarse manipular o engañar por nadie, ejemplo que deseamos trasladar al pueblo hondureño desde estas páginas de Diario Tiempo.
Aun con todos los errores y deficiencias, podemos decir que con el ejercicio realizado por la Resistencia Popular, nuevos vientos democráticos se vislumbran en el horizonte político de Honduras.
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