Diez nuevos “wikigoteos”, II por Efrén D. Falcón

Terminando el recorrido rápido por los diez nuevos documentos publicados por Wikileaks, toca ahora a los cables firmados por el embajador Llorens. Pero antes debo apuntar que en estos días, prácticamente todo ha sido comentado ya por los diferentes medios, tanto textualmente, como en distintos tipos de análisis y resumen. Se podría pensar que resta poco por decir; sin embargo, nunca habrá suficiente papel en este país para darle la importancia que merece al vívido retrato de la hondureñidad que a través de estos “cronistas” extranjeros podemos construir.

Es perentorio que los hondureños comprendamos lo qué somos, cómo somos y cómo nos ven desde el exterior. No podemos seguir aceptando que nos hablen de orgullo catracho, de garra catracha, y de país libre soberano e independiente. Por más que duela ―que duele―, somos un país paria, mendigo internacional, empobrecido por obra y gracia de nuestra propia mediocridad histórica; y hoy, como en un lejano ayer, hemos sido gobernados, con las excepciones lógicas, por embusteros dedicados a amasar fortunas mal habidas sin escrúpulos ni vergüenza. ¿Esperanza? Claro que hay esperanza, pero la esperanza por ser esperanza no sirve para nada positivo. Hay que empezar a construir un país diferente para tener la esperanza que nuestros nietos podrán vivir mejor.

Nuestros socios de la Avenida La Paz
Llorens ha mantenido una posición rectilínea sobre el tema del golpe de Estado. Desde el 28 de junio 2009, que apareció dando declaraciones públicas, se ha ceñido estrictamente al confuso libreto del departamento de Estado, actuando siempre para proteger la imagen internacional de su país y para lograr que Honduras se mantenga ciegamente dependiente a los designios de Washington. Resta decir que el libreto tenía dos colores: la condena a la asonada y a los involucrados visibles, y una transición truculenta hacia la misma pantomima de democracia que ya padecíamos. Así son nuestros “socios” del norte, sin escrúpulos, sumamente cínicos y regidos por la máxima del “money talks”, porque por sobre todas las cosas: negocios son negocios.
Por cierto, la idea de que Hugo Llorens es un comunista, es tan absurda que solo cabe en una mente distorsionada y evasora de la realidad; o en la arenga ultra-reaccionaria de grupos extremistas.

Los cables de Llorens
Cronológicamente, el primer nuevo cable de Llorens está fechado el 6 de agosto de 2009, en él se discute algunos asuntos íntimos de la Asamblea de la OEA celebrada en SPS dos meses antes, donde se dio fin a la suspensión de Cuba. Lo más relevante es que rápidamente emergieron los deformadores de la verdad acusando a Zelaya de “doble agente”, una afirmación sin sustento ni lógica alguna, válida únicamente para una novela de espías.

Luego hay tres cables, del 5, 8 y 26 de enero 2010, ilustrando reuniones de Lobo Sosa con el embajador antes de ser juramentado. Primero, Llorens explica a Lobo la necesidad de que Micheletti renuncie, para poder crear las condiciones adecuadas en el inicio de su gobierno. Ahora sabemos que el dictador se mantuvo firme, a pesar de la visita expresa de Craig Kelly ―Subsecretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental― buscando persuadirlo. Pero lo sobresaliente es el interés de los norteamericanos en implementar el acuerdo de San José ―a su modo―, un acuerdo fallido del que ellos eran los principales auspiciadores.

En el documento siguiente, la embajada estadounidense ve con suma perspicacia los cargos librados contra los militares que extrañaron al Presidente Zelaya de Honduras, debido al “timing” perfecto para que pudieran ser acogidos por la amnistía que pronto decretaría el CN. Lástima que Llorens no se atrevió a ser más contundente en su escrito. Estaba claro: una obra bufa montada por el MP, la CSJ y el CN.

En el tercer cable de los citados, se refleja algunos asuntos alrededor de la salida “Mel” para República Dominicana; la negativa de Oscar Arias de acompañar a Lobo el 27 de enero; el agradecimiento de Lobo a la embajada por su activo rol para convencer a Ham, Martínez y Ávila ―los tres excandidatos de relleno― de participar en su gobierno; y la negativa de Elvin Santos de sumarse a su fracasado gobierno de unidad nacional.

El contenido de los dos últimos cables es sumamente penoso. El fechado el 17 de febrero 2010 muestra el inconformismo Washington con el nombramiento de funcionarios ligados al “Golpe” ―especialmente militares―, y prácticamente retan a Lobo para demostrar su liderazgo y compromiso; con pocos resultados, nuevamente, porque el gobierno sigue plagado de personajes selectos del golpismo; aunque Pepe y Mario se llenen la boca diciendo que han hecho todo como debe ser para regresar a la OEA, como si el “Golpe” ya estuviera superado, o fuera un viejo mito.
Para cerrar, Llorens radiografía la anomalía en el contrato aprobado por un CN saliente ―¡a último minuto!―, sobre la represa José Cecilio del Valle y su planta eléctrica asociada, cerca de Nacaome, con “gacetazo” incluido. Dejando clara la participación del primer héroe del siglo, y sus “amigos”, a lo largo del dolo.

Toda una trama en episodios wikileakescos sobre la realidad hondureña: corrupción, vendepatriería, corrupción, farsa, corrupción, injerencia extranjera, corrupción. «¡No hay otro pueblo más macho…!» Amén.