El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), está posicionado en la conciencia colectiva del pueblo hondureño como el aglutinador de todas las tendencias de pensamiento, con posibilidad real de hacer cambios económicos y jurídicos anhelados para construir una nueva sociedad, según una valoración de fin de 2010 del Frente local de El Progreso.
Aseguran que el FNRP ya cuenta con identidad propia, tiene presencia efectiva en todo el territorio nacional y con un “inocultable” reconocimiento y respeto del régimen nacionalista y de los sectores comprometidos en el proyecto golpista.
Sostienen que la credibilidad en el Frente ha prevalecido y se ha afianzado, a pesar de que todavía no se definen con claridad los lineamientos esenciales en torno al carácter y papel que habrá de tener en el devenir socio-político nacional.
Valoran un crecimiento en difundir el cuestionamiento al proyecto golpista, a la oligarquía y al imperialismo que lo impulsan, y en las acciones solidarias con las reivindicaciones sociales, naturalmente insertas en la misma lucha de resistencia, como la del magisterio, o la del campesinado de El Aguán y de Zacate Grande.
La democracia interna se continúa desarrollando mediante la apertura en los espacios de discusión en los que se ventila temas de la resistencia. Además, se ha incrementado la formación político-ideológica que eleva la conciencia de quienes integran los colectivos.
No obstante, el Frente-Progreso, cuestiona que a pesar de hacer sentir todo su peso en contra de un estado de cosas que condena a la gran mayoría del pueblo a vivir en la pobreza y la miseria, y de movilizar más de tres millones de hondureños en todo el país; el FNRP no ha podido evitar que se implementen todas las medidas impuestas al pueblo por quienes se apropiaron de los poderes públicos.
Según explican, lo que ocurre es que los vicios que históricamente han hecho daño a las organizaciones populares en Honduras, también están presentes en el FNRP.
Plantean que lo que ha impedido llegar a una decisión sobre el destino del Frente, es el encasillamiento actual de pensar que la toma del poder sólo tiene dos opciones y por no haber un debate amplio al respecto.
La conducción municipal de El Progreso defiende la tesis de que no importa cuántas sean las opciones que se consideren, y que lo que se necesita es conducir un debate más amplio, participativo y efectivo de las bases, “sólo así llegaremos finalmente a una decisión que cuente con el pleno respaldo popular”.
Para El Progreso, cómo se habrá de buscarse refundar Honduras dependerá de “la agilidad que demos al trabajo de organización, educación, finanzas y propaganda. Mientras no resolvamos lo primero las tareas de construcción seguirán avanzando lentamente”
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