Honduras, hundida por PEDRO SERRANO GARCIA

Opresión. No cabe duda que el sencillo pueblo de Honduras permanece hundido en la pobreza (que afecta a seis millones, el 75% de la población) y en la violencia (unas 5,800 víctimas anuales), dos grandes lacras que junto con la escasa educación y la falta de atención a la salud, mantienen a los hondureños en el hoyo de la opresión. Frente al esfuerzo por la vida de las mayorías, los poderes opresores son agentes de la muerte por doquier.

Causantes

Es evidente que los causantes directos son los oligarcas hondureños, cerriles, egoístas e individualistas, que se mantienen en su ambición desmedida de riquezas y sumisos a las multinacionales y al gobierno imperial. Nuestros políticos tradicionales se muestran incapaces de frenar la corrupción de los responsables de las instituciones del Estado, la explotación empresarial desmedida contra los trabajadores y los desmanes entre la población que está causando el crimen organizado. La clase dominante carece de un proyecto de Estado.

Globalización

Desde que el capitalismo se ha globalizado bajo la ideología neoliberal, en la red mundial hegemonizada por las grandes potencias centrales, y que comienzan a disputar las naciones emergentes, Honduras forma parte de los últimos eslabones periféricos en las cadenas de la marginación.

Hoy día todos los Estados están interconectados en el marco de la mundialización. Pero frente al capitalismo neoliberal que idolatra al mercado contra las clases trabajadoras, algunos países latinoamericanos están tratando de construir una alternativa socialista y plural de nuevo tipo, para dignificar a los seres humanos que componen las mayorías expoliadas.

Los dos golpes

Todos los hondureños siguen sufriendo el empobrecimiento y la opresión que se han acentuado a partir del golpe de Estado militar, oligárquico e imperial del 28 de junio del 2009. La lucha por la justicia del pueblo organizado en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) por la refundación del Estado, será larga y requerirá muchos esfuerzos y sacrificios.

Aunque los medios de comunicación hablan menos, el pueblo hondureño está sufriendo un mayor empobrecimiento, también, provocado por el gran crack de la crisis mundial causada por los sectores financieros de Estados Unidos y de Europa y que ha afectado a las clases trabajadoras del mundo entero; aumentando, por ello, en más de 150 millones el número de pobres de los países en vías de desarrollo.

Crisis cíclicas

En el sistema capitalista las crisis suceden cada periodo de tiempo. La más famosa fue la crisis económica de 1929, que en cierta manera se parece a la actual de 2008 por sus consecuencias mundiales. Pero otras crisis totales y parciales se han dado en la historia moderna, tales como la crisis del petróleo en 1968, la crisis de América Latina en la década perdida de los ochenta, la crisis financiera de 1994 en México, la crisis de Argentina con el “corralito”. Corea del Sur, Japón, Taiwán, Hong-Kong, Singapur, Tailandia y Rusia, entre otros, han padecido crisis económica; en parte por ejecutar los ajustes estructurales promovidos por el FMI: menos gasto social para reducir el endeudamiento, privatizaciones a favor de las multinacionales, junto con la reducción de impuestos y aranceles.

Pero la crisis actual no sólo es financiera; sino que es una crisis del sistema que contiene varias más: crisis inmobiliaria, crisis alimentaria, crisis ecológica, crisis laboral, crisis industrial, y otras.

La solución que han puesto en marcha los países más ricos del G-20 para frenar la crisis financiera y sistémica del 2008, en vez de meter en la cárcel a los grandes ejecutivos, han inyectado miles de billones de dólares a los poderes financieros y multinacionales causantes de la crisis, a costa de las contribuciones de los ciudadanos y de reducir salarios y derechos laborales de los trabajadores. Es decir, se socializan las pérdidas y se privatizan los beneficios de los poderes económicos.

El nefasto neoliberalismo

Todos los pueblos de la Tierra quedan afectados por la plaga ideológica neoliberal, propugnada por los economistas Joseph Schumpeter (1883-1950), Friedrich von Hayek (1899-1992) y Milton Friedman (1912-2006). Después que el presidente Richard Nixon suspendiera en 1971 la convertibilidad del dólar y el oro, el neoliberalismo en 1975 fue puesto en marcha por el general Suharto en Indonesia y el general Pinochet en Chile. El neoliberalismo alcanzó proporciones mundiales con la revolución conservadora llevada a cabo en 1979 por Margaret Thatcher en el Reino Unido y en 1980 por Ronald Reagan en Estados Unidos .

El neoliberalismo propone reducir el Estado, sobre todo en el gasto social, y poner la política al servicio de una desregulada economía bajo las leyes del mercado, competitiva, capitalista, de máxima ganancia.

El golpe de Estado sufrido por el pueblo hondureño, pues, se da en el marco de la dependencia de este pequeño país, considerado como parte del patio trasero del Imperio, y bajo la hegemonía mundial de la ideología neoliberal, aceptada servilmente por nuestra oligarquía, nuestros militares, nuestros políticos y los tres poderes del Estado.