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domingo, 10 de octubre de 2010

“Me siento alegre de lo que pasó el 28 de junio en Honduras, y lo volvería hacer”: Toño” Rivera, diputado del Partido Nacional

La kriptonita es un mineral ficticio de color verde que en la historieta debilita a Superman. El contacto hace que el superhéroe pierda sus poderes y corre riesgo de morir. Toño nunca será siquiera el imaginario Superman, pero si lo afecta la Kriptonita desde que papá “zorro” se fue a una lejana galaxia, de donde no hay retorno.

Sin mucho esfuerzo Toño Rivera Callejas ha logrado “éxito” en la política vernácula, todo gracias a la influencia poderosa que tuvo su padre, Mario Rivera López, llamado el “Zorro” por la astucia para manejar hilos del poder, siempre a favor de sus propios intereses. Por cierto, a la tumba no llevo ni el poder ni el dinero en que invirtió la vida.

Una vez que el “Zorro” falleció en marzo de 2009 el camino político de Toño se tornó más difícil y sus “superpoderes” se debilitaron. “Papi” ya no está para maniobrar a favor de sus aspiraciones políticas.

“PEPE” COBRA DEUDA A “SUPER”

Toño tuvo su primer contacto con la “kriptonita” cuando luchaba para convertirse en presidente del actual Congreso. No tuvo el apoyo de Porfirio “Pepe” Lobo Sosa y de la mayoría de los diputados.

Y es que el presidente Lobo no ha olvidado la traición de los Rivera cuando junto al ex embajador norteamericano Charles Ford, Rafael Leonardo Callejas y Ricardo Maduro le torcieron el brazo para que desistiera de impugnar las elecciones presidenciales 2005 donde salió electo el presidente Manuel Zelaya Rosales.

Las elecciones fueron empañadas por el Tribunal Supremo Electoral que de manera extraña no se reunió para declarar el candidato ganador; la declaratoria la hizo de manera aislada el representante liberal, Arístides Mejía.

Pepe tampoco olvida que Toño Rivera y Ricardo Álvarez pretendieron despojarlo de su reciente candidatura presidencial, ya que todas las encuestas lo colocaban muy por debajo de Elvín Santos Ordóñez. La pretensión de estos era sustituirlo por el actual secretario de Seguridad Oscar Álvarez, pero no aceptó.

ODA A LA ESTUPIDEZ

El periodista y cuentista estadounidense Ambrose Bierce, caracterizado por opiniones mordaces definió al político conservador como: “Hombre de Estado enamorado de los males existentes”. A este grupo de políticos pertenece Toño, que se autodefine, sin sospechar la oronda ignorancia que lo adorna, como “diputado conservador, de derecha”. La derecha inteligente jamás apoyaría un golpe de Estado.

Ser conservador al estilo único de Toño no es delito, sólo es un límite intelectual que acarrea toda persona con una visión rural del mundo.

De ahí que son inauditas y torpes las constantes declaraciones del diputado, aspirante presidencial para el 2018, al ufanarse de que siente alegría y orgullo de haber participado en el golpe de Estado contra José Manuel Zelaya el 28 de junio, es más, reafirma, que si fuera necesario estaría dispuesto a repetir ese acto vandálico que, visto por un pensador, es un capítulo triste y cavernario en la historia de Honduras.

AGRADEZCAN A GOLPISTAS

Su falta de sabiduría llega a tal extremo que en fecha reciente le dijo al diputado de la Unificación Democrática –UD- por el departamento de Santa Bárbara, Sergio Castellanos, que: “En vez de decirle al general Romeo Vásquez que debería pedir perdón, más bien debería darle las gracias, porque gracias al general Romeo Vásquez, y de otros buenos hondureños hubo elecciones”.

Según el locuaz político nacionalista las infamias cometidas por las Fuerzas Armadas encabezadas por el ahora general retirado Romeo Vásquez Velásquez, en contra del pueblo hondureño merece el agradecimiento de los que fueron golpeados, perseguidos, torturados y asesinados durante los siete meses que gobernaron a través del títere dictador liberal Roberto Micheletti Baín.

Bien decía el dramaturgo y novelista irlandés, Oscar Wilde que: “Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona.

ESTIRPE GOLPISTA

A pesar de ser un hombre relativamente joven, 47 años, no es extraño que Toño Rivera sea un político de ideas retrógradas, basta remontarse a su pasado familiar y se encontrará la respuesta. Su abuelo, el doctor Antonio C. Rivera fue presidente del Congreso Nacional de la República en el gobierno dictatorial de 16 años del General Tiburcio Carías Andino. El doctor Rivera fue el principal responsable de las reformas a la Constitución de la República de 1936 que le otorgaron amplios poderes al general Carías para permanecer doce años más en el poder.

Mario Rivera López, padre de Toño, también presidió el Poder Legislativo durante el mandato del doblemente golpista general Oswaldo López Arellano que dio golpe de Estado al liberal Ramón Villeda Morales y al nacionalista Ramón Ernesto Cruz. Esto indica que Toño no es culpable de su mente retorcida, dañada desde niño, y que ahora lo exhibe como un modelo ejemplarizante de atraso, a evitarse si se quiere triunfar en la política moderna.

TOÑO CLAVASQUÍN

Ya sea de forma abierta o velada, el racismo es un sentimiento nocivo que ha estado latente en la sociedad hondureña, sobre todo en épocas pasadas en que las denominadas “buenas familias” no permitían que sus hijos contrajeran nupcias con personas de raza negra o mulata y a veces indígena. Para la “alta sociedad” era una afrenta que un familiar se emparentara con una persona comprendida en ese patrón racial.

Parece que algo similar le ocurrió al abuelo de Antonio César Rivera Callejas, el doctor Antonio C. Rivera, cuyo título universitario lo obtuvo en Guatemala bajo el nombre de Antonio Clavasquín Rivera; sin embargo durante la vida pública en Honduras sólo era conocido como Antonio C. Rivera.

Rivera sí era considerado un “buen apellido” entre la exigente élite capitalina en donde radicaba el abuelo de Toño. Aunque el presidente del Congreso de la dictadura Carías Andino logró ocultar el apellido Clavasquín, no fue posible esconder los rasgos físicos que fueron transmitidos a sus generaciones. Toño heredó el cabello colocho.

CLAN DEL 81

Toño Rivera es otros de los “honorables” miembros del Clan del 81, que tantas veces ha mencionado EL LIBERTADOR, conformado por los egresados de la Escuela Americana de 1981: Camilo Atala, Anamaría Villeda de Kafati, Ricardo Álvarez Arias y Elvin Santos Ordóñez, entre otros.

La familia Rivera o Clavasquín ha logrado amasar fortuna de manera fácil, gracias a los importantes cargos públicos que su abuelo y padre ejercieron, y en fecha más reciente su primo Rafael Leonardo Callejas Romero, el ex presidente de la República calificado como unos de los mandatarios más corruptos de la historia hondureña.

Antonio Rivera Callejas y sus hermanos son accionistas del Grupo financiero Ficohsa, cuyo presidente es Camilo Atala, representados por Jorge Luis Rivera Callejas que ostenta el cargo de Gerente General de Ficohsa-Casa de Cambios. Mario Enrique, conocido como “Chano” Rivera, ocupa una regiduría en la comuna capitalina y es publicista; según sus propias palabras trabajará en la campaña presidencial de su amigo el Alcalde Ricardo Álvarez y después en la de su hermano Antonio (declaraciones en la Tribuna del 6 de agosto de 2008).

SUCESIÓN PRESIDENCIAL

Al puro estilo de la realeza europea, el Clan del 81, liderado por el banquero Camilo Atala tiene trazado el futuro político de sus miembros. Dentro de sus planes estaba que Elvin Santos Ordóñez se convirtiera en presidente de la nación. Todo indicaba que iba a lograr su objetivo ya que las encuestas, antes del 28 de junio de 2009, lo daban como vencedor muy por encima de Porfirio Lobo Sosa.

Estos aprendices de líder cometieron la torpeza de asesorar a Santos Ordóñez para que apoyara de manera abierta el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, y con esta actitud cavó su propia tumba política sufriendo una vergonzosa derrota en las elecciones generales.

El siguiente en la lista de candidatos presidenciales es el actual alcalde de la ciudad capital Ricardo Álvarez Arias (2014-2018) y a continuación Antonio Rivera Callejas (2018-2022), concuño y compadre de Álvarez Arias.

¿Logrará Toño su objetivo de convertirse en presidente de la República, o el “mineral verde” continuará debilitando su imagen ante el pueblo hondureño que ha dejado de creer en políticos indolentes y enemigos de las mayorías desposeídas?

EL LIBERTADOR

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