1. “Cuando veas a tu vecino rasurar pon tus barbas a remojar”. Si en Honduras se registró un brutal un golpe de Estado contra el presidente electo Manuel Zelaya, instrumentado por el gobierno de los EEUU, los militares y poderosos capitalistas de aquella nación, y la unidad de casi todos los países encabezados por Venezuela y Brasil no pudo restaurar la legalidad echada por los suelos, ahora las cosas se tornan más graves: Los EEUU y los gobiernos a su servicio poco a poco han estado brindando sus reconocimientos al gobierno de Porfirio Lobo, mismo que ascendió al poder por medio de elecciones que avalaron el golpe de Estado y se burlaron de la amplia mayoría de los gobiernos de Latinoamérica. No me cabe la menor duda que con este reconocimiento se abren las puertas para nuevos golpes de Estado, conspiraciones e invasiones de los EEUU avalados por gobiernos peleles como el de México, Colombia y demás. Los pueblos con esto están perdiendo la batalla.
2. El gobierno mexicano de Felipe Calderón –por órdenes de los EEUU- restableció relaciones diplomáticas con el gobierno de Porfirio Lobo, apoyador del golpe de Estado de Honduras, y anunció el retorno de su embajador a Tegucigalpa al considerar que existen “avances significativos” para atender los principales problemas derivados del golpe de junio de 2009. Calderón, el presidente ilegítimo, confió en que esa medida contribuya a promover el entendimiento, la cooperación, la seguridad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas en la región. ¿Puede alguien olvidar y hacer caso omiso de que el 28 de junio de 2009, las fuerzas armadas hondureñas perpetraron un golpe de Estado contra el presidente Zelaya, a quien detuvieron y expulsaron del país, con el apoyo de la Iglesia y políticos como Lobo, identificados con la extrema derecha y grandes empresarios? Sí, a los gobiernos que están al servicio del golpista Obama, les importa un bledo.
3. El reconocimiento es eminentemente político porque con ello se acatan órdenes de los EEUU y se da un golpe a los demás países de América Latina, la inmensa mayoría, que luchó a brazo partido durante más de seis meses contra el golpe de Estado por lo que éste presenta como precedente para los pueblos de Latinoamérica. No tiene México ninguna necesidad económica puesto que el intercambio de mercancías entre Centroamérica y México no llega ni al dos por ciento comparado con el de EEUU que es del 90 por ciento; alcanzó para el año 2002 un valor de 1,794.9 millones dólares, de los cuales 1,537.0 millones de dólares (85.6% del intercambio), lo constituyen las importaciones centroamericanas del mercado mexicano y apenas 257.9 millones de dólares las exportaciones centroamericanas a ese mercado, lo que determina una balanza comercial deficitaria para la región centroamericana de 1,279.1 millones de dólares para el año 2002, y Honduras ocupa el último lugar.
4. ¿Cómo justifica el gobierno mexicano el reconocimiento a los golpistas hondureños? La cancillería de México, señala, recibió el “informe presentado por la Comisión de Alto Nivel (CAN), creada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para analizar la situación en la nación centroamericana que refleja avances significativos del gobierno y otros actores hondureños para atender los principales problemas derivados del golpe de Estado en Honduras. El gobierno de México reconoció a la CAN por su labor en la integración del referido informe y manifestó su mejor disposición para continuar el diálogo en el seno de la OEA, con miras a la restauración de los derechos de Honduras en el organismo. Por eso el gobierno de México “hace votos por que la medida contribuya a promover el entendimiento, la cooperación, la seguridad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas en la región”.
5. ¿Puede olvidarse acaso que en la cumbre de mayo de UNASUR en Buenos Aires, tres países que también forman parte del ALBA -Venezuela, Ecuador y Bolivia, junto a Brasil- pusieron condición su presencia a la VI Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (ALC-UE) a celebrarse en Madrid y que se opusieron a la asistencia del mandatario hondureño, Porfirio Lobo, por considerarlo un gobierno ilegítimo surgido tras el golpe de Estado? Denunciaron que el gobierno de Lobo ha sido reconocido por las Naciones Unidos, el FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, mientras que para algunos países y organismos Honduras está avanzando en buena dirección -ha formado un gobierno de Unidad y recientemente, se instaló oficialmente la Comisión de la Verdad y la Reconciliación respetando lo estipulado en Acuerdo Tegucigalpa-San José-, otros países consideran que el gobierno de Lobo es fruto de la ruptura constitucional ocasionada por el derrocamiento de Zelaya.
6. ¡Qué fácil fue para el gobierno de Obama obligar a Calderón a establecer relaciones con el gobierno golpista de Lobo! Le bastó al gobernante yanqui hacerle algunas preguntas a su cachorrito mexicano: ¿Qué le gustaría señor Calderón: le devuelvo unos cinco mil trabajadores indocumentados más a su país? ¿Le corto el presupuesto de ayuda militar y de armas a la Iniciativa México? ¿Le cierro el mercado de algunos productos agrícolas que nos vende? O, ¿que le parece si le ordeno al FMI, al BM y otros organismos que le cierren la válvula de los prestamos? La realidad es que Calderón, quien ya tenía un plazo de pocos días para reconocer al gobernante hondureño, inmediatamente alzó el teléfono y ordenó el regreso del embajador a aquel país. La realidad es que nuestros últimos cinco gobiernos (De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón) han sido tan dependientes y carentes de la mínima dignidad que los gobiernos de EEUU los han mantenido arrastrados como gusanos.
7. No sé cuando lograremos –ante esa terrible dependencia económica, política y militar- que nuestros gobiernos mantengan una posición de dignidad frente a los EEUU. Necesitamos un alto nivel de conciencia del pueblo y un gobierno que responda a los intereses de él. Todas las amenazas y condicionamientos yanquis contra México pueden superarse con grandes movilizaciones que respalden políticas populares. Pero las batallas realmente populares sólo pueden surgir con gobiernos igualitarios que acaben con los privilegios de altos funcionarios, empresarios y políticos. Cualquier gobernante mexicano que llegue al poder respetando la gran propiedad privada de los 500 multimillonarios hecha sagrada por la Constitución y respetando todo ese aparato de poder será sin duda una garantía para que cambien cositas para que todo siga exactamente igual. Por eso parece que los métodos para transformar el país son totalmente distintos a los de la socialdemocracia.
2. El gobierno mexicano de Felipe Calderón –por órdenes de los EEUU- restableció relaciones diplomáticas con el gobierno de Porfirio Lobo, apoyador del golpe de Estado de Honduras, y anunció el retorno de su embajador a Tegucigalpa al considerar que existen “avances significativos” para atender los principales problemas derivados del golpe de junio de 2009. Calderón, el presidente ilegítimo, confió en que esa medida contribuya a promover el entendimiento, la cooperación, la seguridad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas en la región. ¿Puede alguien olvidar y hacer caso omiso de que el 28 de junio de 2009, las fuerzas armadas hondureñas perpetraron un golpe de Estado contra el presidente Zelaya, a quien detuvieron y expulsaron del país, con el apoyo de la Iglesia y políticos como Lobo, identificados con la extrema derecha y grandes empresarios? Sí, a los gobiernos que están al servicio del golpista Obama, les importa un bledo.
3. El reconocimiento es eminentemente político porque con ello se acatan órdenes de los EEUU y se da un golpe a los demás países de América Latina, la inmensa mayoría, que luchó a brazo partido durante más de seis meses contra el golpe de Estado por lo que éste presenta como precedente para los pueblos de Latinoamérica. No tiene México ninguna necesidad económica puesto que el intercambio de mercancías entre Centroamérica y México no llega ni al dos por ciento comparado con el de EEUU que es del 90 por ciento; alcanzó para el año 2002 un valor de 1,794.9 millones dólares, de los cuales 1,537.0 millones de dólares (85.6% del intercambio), lo constituyen las importaciones centroamericanas del mercado mexicano y apenas 257.9 millones de dólares las exportaciones centroamericanas a ese mercado, lo que determina una balanza comercial deficitaria para la región centroamericana de 1,279.1 millones de dólares para el año 2002, y Honduras ocupa el último lugar.
4. ¿Cómo justifica el gobierno mexicano el reconocimiento a los golpistas hondureños? La cancillería de México, señala, recibió el “informe presentado por la Comisión de Alto Nivel (CAN), creada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para analizar la situación en la nación centroamericana que refleja avances significativos del gobierno y otros actores hondureños para atender los principales problemas derivados del golpe de Estado en Honduras. El gobierno de México reconoció a la CAN por su labor en la integración del referido informe y manifestó su mejor disposición para continuar el diálogo en el seno de la OEA, con miras a la restauración de los derechos de Honduras en el organismo. Por eso el gobierno de México “hace votos por que la medida contribuya a promover el entendimiento, la cooperación, la seguridad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas en la región”.
5. ¿Puede olvidarse acaso que en la cumbre de mayo de UNASUR en Buenos Aires, tres países que también forman parte del ALBA -Venezuela, Ecuador y Bolivia, junto a Brasil- pusieron condición su presencia a la VI Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea (ALC-UE) a celebrarse en Madrid y que se opusieron a la asistencia del mandatario hondureño, Porfirio Lobo, por considerarlo un gobierno ilegítimo surgido tras el golpe de Estado? Denunciaron que el gobierno de Lobo ha sido reconocido por las Naciones Unidos, el FMI y el Banco Mundial. Sin embargo, mientras que para algunos países y organismos Honduras está avanzando en buena dirección -ha formado un gobierno de Unidad y recientemente, se instaló oficialmente la Comisión de la Verdad y la Reconciliación respetando lo estipulado en Acuerdo Tegucigalpa-San José-, otros países consideran que el gobierno de Lobo es fruto de la ruptura constitucional ocasionada por el derrocamiento de Zelaya.
6. ¡Qué fácil fue para el gobierno de Obama obligar a Calderón a establecer relaciones con el gobierno golpista de Lobo! Le bastó al gobernante yanqui hacerle algunas preguntas a su cachorrito mexicano: ¿Qué le gustaría señor Calderón: le devuelvo unos cinco mil trabajadores indocumentados más a su país? ¿Le corto el presupuesto de ayuda militar y de armas a la Iniciativa México? ¿Le cierro el mercado de algunos productos agrícolas que nos vende? O, ¿que le parece si le ordeno al FMI, al BM y otros organismos que le cierren la válvula de los prestamos? La realidad es que Calderón, quien ya tenía un plazo de pocos días para reconocer al gobernante hondureño, inmediatamente alzó el teléfono y ordenó el regreso del embajador a aquel país. La realidad es que nuestros últimos cinco gobiernos (De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón) han sido tan dependientes y carentes de la mínima dignidad que los gobiernos de EEUU los han mantenido arrastrados como gusanos.
7. No sé cuando lograremos –ante esa terrible dependencia económica, política y militar- que nuestros gobiernos mantengan una posición de dignidad frente a los EEUU. Necesitamos un alto nivel de conciencia del pueblo y un gobierno que responda a los intereses de él. Todas las amenazas y condicionamientos yanquis contra México pueden superarse con grandes movilizaciones que respalden políticas populares. Pero las batallas realmente populares sólo pueden surgir con gobiernos igualitarios que acaben con los privilegios de altos funcionarios, empresarios y políticos. Cualquier gobernante mexicano que llegue al poder respetando la gran propiedad privada de los 500 multimillonarios hecha sagrada por la Constitución y respetando todo ese aparato de poder será sin duda una garantía para que cambien cositas para que todo siga exactamente igual. Por eso parece que los métodos para transformar el país son totalmente distintos a los de la socialdemocracia.
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