Rasel Tomé, asesor del presidente derrocado de Honduras, Manuel Zelaya, llamó hoy al pueblo a impugnar las elecciones del 29 de noviembre, mientras la portavoz del gobierno de facto, Vilma Morales, instó al mandatario constitucional a "recapacitar".
"Aquí no ha existido campaña política, lo que ha habido es represión y restricción de los derechos y en estas condiciones no podemos hablar de equidad", dijo Tomé, quien acompaña al presidente Zelaya en la embajada de Brasil, según reportó la agencia noticiosa cubana Prensa Latina.
Las declaraciones de Tomé se produjeron después de que Zelaya dirigiera el sábado por la noche una carta al mandatario estadounidense, Barack Obama, en la que afirmó que no acepta "ningún acuerdo de retorno a la presidencia para encubrir el golpe de estado".
Al día siguiente, el mandatario derrocado aclaró que no renunció a la presidencia para la que fue electo por el pueblo y criticó al actual gobierno de Estados Unidos, de cuyos miembros dijo que "no son descendientes de (Abraham) Lincoln".
"Mi período presidencial termina el 27 de enero de 2010", señaló Zelaya en una entrevista para la radio local Globo, tras finalizar una misa efectuada en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece alojado desde el 21 de septiembre pasado.
Por su parte, Morales, vocera de los representantes del gobierno de facto en el frustrado acuerdo Tegucigalpa-San José, reiteró "un llamado a Zelaya a recapacitar, a poner los deseos democráticos de nuestro pueblo sobre sus intereses personales, a cumplir con su palabra" cuando suscribió aquel pacto.
La portavoz, citada por el diario local La Tribuna, lamentó que Zelaya rompiera lo acordado con el presidente del gobierno de facto, al que ella llamó de "unidad y reconciliación nacional", Roberto Micheletti, el pasado 30 de octubre.
Pero el mandatario derrocado, por el contrario, acusa a Micheletti y su administración de haber violado el acuerdo Tegucigalpa-San José, precisamente por haber asumido ese gobierno de unidad sin la restitución del presidente constitucional.
Zelaya también culpa por el fracaso del acuerdo a Estados Unidos porque admitió que las elecciones generales del 29 de noviembre "serían reconocidas con o sin restitución", por lo que el régimen de facto "celebró este cambio y lo utilizaron para sus objetivos e inmediatamente terminaron por incumplir y violar el acuerdo", dice en su misiva a Obama.
Cuando faltan menos de dos semanas para las elecciones, el presidente legítimo de Honduras declaró que no aceptará a estas alturas del conflicto ningún acuerdo para restituirlo en el cargo, que debe votar, aún sin fecha, el Congreso.
"Realizar elecciones en las que el presidente electo por el pueblo está prisionero y un presidente de facto rodeado por los poderosos en el Palacio de Gobierno, sería una vergüenza para Honduras y una infamia para los pueblos de América", advirtió.
Zelaya fue secuestrado por militares y llevado a la fuerza a Costa Rica el 28 de junio, cuando se iba a celebrar en el país una consulta en torno a futuras reformas constitucionales
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