Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado, informa a la prensa en mayo pasado. El miércoles el funcionario afirmó que la crisis en Honduras estaba en manos de los hondureños.
El gobierno de EEUU reiteró que considera que el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, debería ser restituido, pero dejó claro que esa decisión corresponde al país y que aceptará lo que las partes acuerden en esta fase del proceso.
``Hemos dejado clara nuestra posición respecto al presidente Zelaya y su restitución. Consideramos que debería ser restituido'', dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, en respuesta a la carta que envió Zelaya a la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, pidiéndole que aclare si su país cambió su postura sobre el golpe de Estado del 28 de junio.
No obstante, recalcó que se trata ``ahora de un proceso hondureño'' que se inició con el acuerdo alcanzado a finales de la semana pasada por los representantes del gobierno de facto y de Zelaya. El depuesto mandatario escribió la carta a Clinton después de las declaraciones del secretario de Estado adjunto para América Latina, Thomas Shannon, quien dijo que EEUU respetará lo que el Congreso de Honduras decida sobre la restitución del derrocado presidente.
El artículo 5 del Acuerdo Tegucigalpa-San José establece que sea el Congreso, en consulta con las instancias que considere pertinentes como la Corte Suprema de Justicia, el que resuelva sobre la restitución de Zelaya, aunque no fija ninguna fecha para ello.
La junta directiva del Congreso decidió el martes solicitar a la Procuraduría y a la Corte Suprema de Justicia su opinión al respecto sin haber fijado aún una fecha para votar sobre este punto.
Kelly opinó que esta decisión ``es acorde'' al acuerdo firmado entre las partes, y no quiso adelantarse a los hechos y a la hipotética situación de que el Congreso no vote antes de las elecciones del 29 de noviembre o decida no restituir a Zelaya.
``Nadie ha votado contra nada en este momento. Todo lo que está pasando ahora mismo está contemplado en el acuerdo, de manera que vamos a dejar que este proceso siga su curso'', recalcó.
La ejecución del acuerdo no será fácil dado que Zelaya y el presidente de facto, Roberto Micheletti, discrepan sobre la interpretación del mismo.
El depuesto mandatario asegura que el pacto solo se cumple si es restituido en el poder. Micheletti considera que el Congreso puede votar contra la vuelta de Zelaya.
EL NUEVO HERALD
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