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martes, 22 de septiembre de 2009

Zelaya vuelve por sorpresa a Honduras,


El derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó el lunes en secreto a la capital hondureña después de tres meses en el exilio y se refugió en la embajada de Brasil para buscar su restitución, en un desafío al Gobierno de facto que prometió arrestarlo.


Las autoridades interinas dijeron que pedirán a Brasilia que entregue a Zelaya para juzgarlo por supuestamente violar la Constitución al buscar la reelección presidencial, o que le de asilo político para que abandone el país.


Ante el temor a protestas, el Gobierno de facto decretó el toque de queda, primero hasta la manaña del martes y luego hasta la noche del mismo día, y dispuso el cierre de los aeropuertos, mientras cientos de seguidores de Zelaya se manifestaban frente a la sede diplomática brasileña.
A pesar de las advertencias del Gobierno de que no tolerará desmanes, Zelaya llamó en horas de la noche a la población a desafiar el toque de queda y marchar hacia Tegucigalpa.


"Yo llamo a todos los pobladores que se vengan para Tegucigalpa porque estamos en la ofensiva final para la restitución de la presidencia", afirmó a una radio local.


Estados Unidos, un tradicional socio de Honduras, instó a retomar el diálogo para evitar la violencia, mientras que la Organización de Estados Americanos pidió calma.


Según analistas, un eventual arresto de Zelaya podría llevar a un mayor aislamiento del país, que ha sido marginado por la comunidad internacional.
"Soy el presidente legítimo electo por el pueblo y por eso vine aquí", dijo en horas de la tarde Zelaya a Reuters vía telefónica desde la sede diplomática.
El líder político, que crispó a la clase política conservadora con su acercamiento al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue expulsado del país hace casi tres meses a punta de pistola hacia Costa Rica.
Desde entonces intentó volver a su tierra natal a través de negociaciones diplomáticas que naufragaron, incluso cruzando brevemente la frontera desde Nicaragua.
El presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti, dijo en una entrevista televisiva que su Cancillería enviará una nota el martes a Brasil para que entregue o asile a Zelaya, sin aclarar qué sucedería si el gigante latinoamericano rechaza la solicitud.
En Caracas, Chávez celebró el regreso de Zelaya.
"Zelaya engañó a los golpistas y se metió en la maletera de un carro, hasta en un tractor creo, que estuvo por allá y pasó como 20 alcabalas (puestos policiales) y llegó a la Plaza Morazán de Tegucigalpa", explicó el mandatario en un acto transmitido por la televisión estatal.
Sin embargo, Micheletti aseguró que Zelaya entró desde Guatemala en un auto blindado de un político de su país.
Además reiteró que no existe diálogo posible con el líder depuesto, que además fue acusado por la justicia local de supuestos actos de corrupción.
"(Zelaya) le hizo mucho daño al pueblo hondureño con las pretensiones de reelección, con las pretensiones de dictador", afirmó Micheletti.


MANIFESTACION EN EMBAJADA


A las puertas de la embajada de Brasil en Tegucigalpa se reunieron miles de seguidores de Zelaya, algunos parados en autos, otros en techos y hasta trepados en árboles con banderas con los colores de Honduras, en apoyo al depuesto mandatario.
"Sí se pudo, sí se pudo" y "fuera los golpistas", gritaban manifestantes.
Zelaya fue derrocado el 28 de junio, cuando pretendía realizar una consulta popular que abriera paso a la reelección presidencial, algo visto como sus detractores como una muestra de la influencia en Honduras de Chávez.
El golpe de Estado dejó dividido al segundo país más pobre del continente y desencadenó la peor crisis política en América Central en décadas.
"Vamos a cambiar el país, este país ya no es de los ricos, es de los pobres que reclaman justicia", dijo René Vásquez, un estudiante de 24 años que se manifestaba a favor de Zelaya.
El sindicato de maestros, que apoya al derrocado presidente, anunció que sus 50.000 maestros abandonarán las aulas por tiempo indefinido a partir del martes, en un cese de actividades que dejaría a 2 millones de alumnos sin clases.


LLAMADOS A LA CALMA


Zelaya no precisó las razones por las que se refugió en la embajada de Brasil ni tampoco cuánto tiempo permanecería allí para evitar ser arrestado por el Gobierno de facto.
"El miedo no lo conozco todavía. En mis 57 años no ha aparecido esta enfermedad", dijo Zelaya.
Desde Estados Unidos, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó que Zelaya y el Gobierno de facto tienen que hallar la manera de entablar un diálogo y evitar la violencia.
En tanto, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió tranquilidad.
Zelaya comentó que Insulza viajaría a Honduras el martes, aunque la OEA no ha confirmado nada al respecto.
El Consejo Permanente de la OEA celebró una sesión extraordinaria y en una resolución exigió garantías para Zelaya e instó a restituirlo para que termine su mandato en enero, como propuso el presidente costarricense Oscar Arias.
Arias dijo que estaba dispuesto a viajar a Honduras para intentar una nueva mediación si las partes lo desean. Sin embargo, Micheletti aseguró que el ex premio Nobel de la Paz ya "no tiene que hacer absolutamente nada en este conflicto".
En tanto, el canciller de Brasil, Celso Amorim, afirmó en Nueva York que su país espera que el retorno de Zelaya represente una nueva etapa en las negociaciones con el Gobierno de facto.

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