Una satisfactoria solución por Ernesto Alvarado Reina de diario Tiempo

Una crisis constituye la manifestación aguda de la ruptura normal en el desarrollo de los pueblos.Las situaciones caóticas son provocadas en ciertos casos por factores internos y externos, o bien por motivos o circunstancias de naturaleza particular, forjando pérdida total o parcial del equilibrio de las actividades con grandes magnitudes perjudiciales para los países.Congruente con lo expresado, venciendo los absurdos e injustificados miedos, en un aporte consciente de palpable explicación, aparece un forzoso compromiso por mantener el carácter y temperamento de los hondureños en los aspectos reveladores de la vida nacional, aportando ideas favorables que impliquen una disminución de las tensiones creadas por los grupos divergentes o en abierta oposición de la situación tensa, complicada y difícil que experimenta el pueblo hondureño, supuesta consecuencia de los acontecimientos sucedidos el día 28 de Junio del año 2009. Y es que no puede ser de otra manera, la importancia de paulatina estimulación se inclina en defender nuestros derechos ciudadanos, sin apartar las amenazas y los peligros repentinos mediante una actitud de monumental estatura moral o ética. Las tenebrosas acciones absolutistas o dictatoriales propagadas por ciertos grupos privilegiados se combaten con altura cívica, libertad, dignidad, solidaridad y auténtica posición imparcial, frente a la incertidumbre que sumerge perversamente la voluntad de la población, avanzando en contrario, con medidas racionales, impregnadas de una experiencia independiente y una afirmación de convencimiento demostrada con hechos y no con palabras. En satisfactoria solución, por la altura de la incidencia del escenario circundante es indispensable un diálogo amigable y conciliatorio, entre los dirigentes substanciales de la propia persona que por el momento ejerce la Primera Magistratura de la Nación y los grupos disidentes agrupados por el depuesto Presidente de la República de nuestro país, en la resolución legítima, generosa, reflexiva y noble de ferviente credibilidad o merecida sabiduría. La invitación al procedimiento se dirige en bien de la Nación sin la intromisión de fuerzas extrañas, como política altruista de causa eficiente y atribución fundamental procedente de la democracia funcional y participativa. Hay que rescatar los valores con estrechos lazos, conceptos afines y delimitación del objetivo principal, desembocando en la paz, la seguridad y el bienestar de la colectividad.Las muestras de garantía general, de estampas de seguridad, de lucha legítima y ponderada acción de mejoramiento, se sustenta en una postura de respetable consideración, sin ataduras humillantes o compromisos detestables, logrando senderos de verdadero reconocimiento, justicia social y confianza para todos.La conciliación nacional es la base de una nueva política de uniforme impulso nacional, creando a su vez los instrumentos necesarios que permitan movilizar los recursos financieros, contar con los aparatos, insumos o herramientas indispensables, determinando así la unidad de los grupos de labor o de otra índole, integrados de manera irrompible, en la auténtica convicción de conseguir un camino proporcionado para el progreso de nuestro país, dentro de un esfuerzo coordinado de abundante interés comunitario, responsable y patriótico.Hay que generar un ambicioso programa de desenvolvimiento adecuado, es imprescindible establecer un marco apropiado de satisfacción de las necesidades absolutas y relativas de la población y anticipar programas frente a las insuficiencias futuras. Conviene señalar en subrayada forma, que hay una función de ocupación efectuada por energías, arrojo sensato y potencial humano de toda cualidad, en tiempo, lugar y representación específica o particular, por el deseo de promover resultados agradables de gran impacto que respondan al beneficio de la persona humana en particular y de la sociedad hondureña en habitual concepto. Encaja explicar, remarcando con verdadero énfasis, que habrá que compartir esta enorme responsabilidad señalada anteriormente, suministrando los grandes beneficios que se conciben, a cualidad de prueba de mecanismo y unidad de la familia hondureña. Para salir de la tenebrosa intransigencia y las tinieblas, es por consiguiente preciso tratar de alcanzar las metas económicas, políticas, sociales y de similar naturaleza, diseñadas en un plan previo de correspondiente progreso material y espiritual.

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