Así es, amigos y amigas, el día feliz por fin está llegando. Más temprano de lo que imaginamos Mel estará entre nosotros. Contra la gigantesca campaña de desinformación, contra las brabuconadas y rabietas de micheletti, Mel está por venir; contra el pesimismo de muchos que ya han esperado demasiado, contra todo, Mel viene porque viene.
Por las buenas o por las malas, está por llegar. Contra los amuletos de Micheletti, (siempre que está frente a la prensa o hablando solo en una de sus aburridas cadenas de de radio y televisión lo vemos metiéndose y sacándose su anillo del dedo, acaso sea una reminiscencia de frustración sexual del pobre. Quién sabe. Mel vendrá contra los augurios de los brujos golpistas de La Paz, contra la santera de San Pedro sula, contra todas las trabas y todas las trancas, nadie lo detiene. Mel viene. Atado de pies y manos, pero viene.
Tal es el espíritu del acuerdo de San José, lesivo a más no poder- que lo reduce a la simple figura presidencial sin mando pues la comandancia general del ejército pasa al Tribunal Nacional de Elecciones -eso dice el acuerdo, lo siento-. No más Cuarta Urna ni nada que se parezca; además se habla un gobierno de concicilación (Uno se pregunta quién va a conciliar con los golpistas asesinos); amnistía para ellos (los golpistas) habrase visto, y el cuento ese de adelantar las elecciones.
El hombre regresa, a como dé lugar.
Su regreso será una victoria para el pueblo, la más grande en la historia, la más hermosa, por las dimensiones que ha tenido la lucha de casi tres meses y por las consecuencias que traerá para un pueblo que ha despertado al cual, de ahora en adelante, será difícil de engañar; pues ya reconoció a sus enemigos y ya sabe de qué lado mastica la iguana. Este pueblo ha comprendido que la lucha no termina allí, que hay mucho por delante, que este es tan sólo un paso en la larga lucha que nos espera. En El Arte De La Guerra, Sun Tzu escribió que a veces la gran derrota se hace de pequeñas victorias. Y así es, ese es el caso del pueblo hondureño: sacar a los golpistas es la primera victoria.
Por las buenas o por las malas, está por llegar. Contra los amuletos de Micheletti, (siempre que está frente a la prensa o hablando solo en una de sus aburridas cadenas de de radio y televisión lo vemos metiéndose y sacándose su anillo del dedo, acaso sea una reminiscencia de frustración sexual del pobre. Quién sabe. Mel vendrá contra los augurios de los brujos golpistas de La Paz, contra la santera de San Pedro sula, contra todas las trabas y todas las trancas, nadie lo detiene. Mel viene. Atado de pies y manos, pero viene.
Tal es el espíritu del acuerdo de San José, lesivo a más no poder- que lo reduce a la simple figura presidencial sin mando pues la comandancia general del ejército pasa al Tribunal Nacional de Elecciones -eso dice el acuerdo, lo siento-. No más Cuarta Urna ni nada que se parezca; además se habla un gobierno de concicilación (Uno se pregunta quién va a conciliar con los golpistas asesinos); amnistía para ellos (los golpistas) habrase visto, y el cuento ese de adelantar las elecciones.
El hombre regresa, a como dé lugar.
Su regreso será una victoria para el pueblo, la más grande en la historia, la más hermosa, por las dimensiones que ha tenido la lucha de casi tres meses y por las consecuencias que traerá para un pueblo que ha despertado al cual, de ahora en adelante, será difícil de engañar; pues ya reconoció a sus enemigos y ya sabe de qué lado mastica la iguana. Este pueblo ha comprendido que la lucha no termina allí, que hay mucho por delante, que este es tan sólo un paso en la larga lucha que nos espera. En El Arte De La Guerra, Sun Tzu escribió que a veces la gran derrota se hace de pequeñas victorias. Y así es, ese es el caso del pueblo hondureño: sacar a los golpistas es la primera victoria.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios sobre cada publicacion en el blog